LA VUELTA AL MUNDO EN UN SOLO DIA

Donde Nicomedes el se avía puesto enfermo solo de pensar que iba a venir un nuevo profesor especializado en técnicas supermodernas y Nicomedes estaba ansioso de saber si se llevarían bien, y como es su carácter, si al nuevo profesor haría de menos su sistema de enseñanza y estaba tan preocupado. Y cada día el robot lo primero que preguntaba a sus alumnos ¿Qué quieren ver hoy? ¿Donde quieren que vallemos? Y hubo un día en que el profesor que es el robot dijo: hoy vamos a dar la vuelta al mundo pero en que quieren que convirtamos la hiperescuela: en un avión supersónico, en un bólido de carreras, en un trineo. Y así viajaron por varios días y varios viajes fascinantes y Nicomedes se dio cuenta que el robot no escuchaba a los alumnos y Nicomedes dijo: es imposible que no oye si se trata de un aparato tan perfecto, con los últimos adelantos de la cibernética. Y empezaron decir, o es que no le interesa lo que el chiquillo dice pero si el solo esta programado para dar un determinado clase y el robot, que parecía sordo a las palabras de los niños, pareció captar inmediatamente aquellos gestos y agitó sus brazos de forma parecida. Unos, sumidos en la soledad, perdidos en su silencio como en un desierto inhóspito; otros, tratando de poblar ese silencio con voces interiores, creencias, fantasías... Otros, hambrientos de comunicación, superando su mudez e ingeniándoselas para entenderse con los demás inventando códigos de señales, lenguajes de las manos que le fue mostrando. En cuanto a los viejos del lugar, su monótona vida había cambiado por completo. Cada mañana se levantaban impacientes, engullían a toda prisa su frugal desayuno y corrían a la escuela. Se sentaban en sus butacas y abrían los ojos todo lo que podían para no perderse nada. Y cuando todo acababa, subían al pueblo rumiando en silencio cuanto habían visto y aprendido. Se sentaban en los bancos de la plaza y hacían su tertulia.

Nosotros como estudiantes muchas veces cuando nos integramos a un nuevo grupo de estudiantes nos volvemos tímidos y nos ponemos a pensar, tal vez ellos son mejores, quizá no me aceptan en su grupo y esa es nuestra mentalidad, pero en la realidad nadie es mejor, todos tenemos la capacidad solo que tenemos que poner de nuestra parte, lastimosamente el robot no podía escuchar y no podía sacar de dudas a los niños si no que solo fue programado para dar clases, y muchas veces los maestros en la actualidad son como el robot que no sacan de dudas a sus alumnos si no que solo imparte su clase y eso nunca se debe se hacer. Y así los niños buscaron la manera de comunicarse con el robot a través de gestos, debemos de hacer como aquellos niños buscar la manera de comunicarnos con otras personas.

Alumno: Julio César Chacom Yac
Quinto Magisterio “B”