MUCHAS PREGUNTSAS Y ALGUNOS ENSUEÑOS

Siguiendo con la lectura los tres ladrones nocturnos volcaron el cántaro, el saco y el canasto sobre el suelo, y allí quedó el montón de prismas con sus porosas entrañas embebidas de todo lo que habían ido absorbiendo a los habitantes del pueblo.
El mudo, con sus gestos nerviosos y expresivos, Jacobo con palabras encendidas de iluminado, y Elisa confirmándolo todo con frases y todo los interrogantes que habían acosado aquella noche.
El robot es un extraterrestre, vive de otro planeta en la misma noche habían llegado los seis mas al castillo que ellos son los siete caballeros de hace siglos y por dentro son como los hombres grises del año dos mil, y Jacobo gritando decía había ido para tirar mi prisma monte abajo.
El maestro decía que el día que ya traje mi prisma, venía lleno de desesperación por haber visto cómo sería el mundo de año dos mil. Y el dijo que había dejado de tras de del relato de su mujer. Y por eso dijo que su cara no se está volviendo gris.
Los siete robots hablan sólo por gestos, en su planeta seguro ha desparecido la palabra y se comunican por gestos sólo para las cosas más imprescindibles, y los abuelos ya no hacen nunca sus tertulias de antes que en realidad era lo único que hacían, al final hubo un ruido familiar que los sacó de sus ensueños y luego los cuatro se precipitaron a la ventana esperando que alguien saliera a la puerta mientras que el robot los estaba esperando.



JEYDI ELIZABEH CHIROY MENDOZA
5to.¨B¨